Suena el despertador, es sábado por la mañana, la luz que se cuela por la ventana roba los restos de los sueños que aún quedan en sus soñolientos ojos. Hay mucho por hacer, ordenar la casa, preparar una suculenta comida, ella quiere que hoy todo esté perfecto.

Moana se despereza en el lado izquierdo de la cama, en la que se encuentra separada por un muro invisible de la parte derecha del colchón. Casi sin quererlo se le escapa una sonrisa mirando el vacío que llena su entorno y pensan...

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